miércoles, 29 de enero de 2014

Persiguiendo al fantasma

Era una aburrida noche tropical, el calor flotaba en el humedo ambiente, la enorme Base Aerea de Clark era muy dificil de vigilar, con grandes espacios abiertos seguidos de espesa selva, mucho del terreno es inaccesible por auto, asi que o se patrullaba a caballo o a pie, un guardia o a veces dos se encargaban de la Seguridad de la zona.

Ya habia pasado la medianoche y estaba en mi segunda ronda, me localizaba en una seccion de almacenamiento de armas, cuando a lo lejos, vi bajo un poste utilitario, una figura humana, parecia estar recargada en el, por la hora y el lugar era improbable que fuera personal de la base, los unicos que podiamos estar ahi eramos el personal de Seguridad, hable por la radio al despachador y pregunte si habia alguna otra patrulla en el area, y si esta iba a pie, despues de un momento, me contestaron que solo estaba yo por ahi, entonces este deberia de ser un intruso, llame por apoyo y me dirigi hacia el poste.

Yo iba montado en un enorme caballo Quarteron, rapido y poderoso, al acercarme los suficiente, le grite al intruso que se identificara, pero este empezo a alejarse, a pie, o eso parecia, asi que hice galopar al caballo, pero en cuanto estuve a una buena distancia algo extraño parecia ocurrir, a pesar de ir a caballo, no me podia acercar, era como si corriera en un solo lugar, y la figura aunque se alejaba, parecia no correr, se veia mas como la ropa de un tendedero al aire, flotaba, por un momento pense que era el efecto de las sombras a la distancia, que siempre producen esa sensacion, llame al cuartel y mencione que estaba dando caza al intruso a 25 millas por hora, la zona era un campo de pasto abierto, pero no podia acercarme lo suficiente para lograr ver bien al intruso.

Como parte de nuestro equipo, se nos proporcionaban Bengalas de señalizacion, iluminan una zona del tamaño de una cuadra por aproximadamente 20 o 30 segundos, y nos permitian evaluar con mas certeza una situacion peligrosa y dirigirnos mejor hacia un blanco potencial, y esta era la situacion adecuada, calculo que estaba como a 100 yardas del intruso y era el momento para usarla, pero justo en el momento en que levante la mano, la figura desaparecio, por un momento, me quede estupefacto, pero reaccione de inmediato y la lance de todas formas.

Cuando la bengala ilumino todo el campo, no habia nadie, absolutamente nadie, era imposible que el intruso hubiese recorrido las 300 yardas que nos separaban de la arboleda, y el pasto no ofrecia obstaculo alguno, simplememente se habia desvanecido en el aire. Busque en vano, mientras el despachador me urgia con preguntas sobre la situacion, a lo que no atinaba a responder nada, cuando llegaron mis compañeros hicimos una busqueda pero nada surgio.

En la mañana siguiente, se hizo una investigacion mas completa, un destacamento de infanteria vino y reviso todo, no encontraron nada, pero lo mas curioso, es que solo encontraron las huellas de los caballos, ni una sola huella humana quedo marcada en el suave suelo.

Clark AFB es muy famosa por sus extraños encuentros, durante la Segunda Guerra fue lugar de violentos enfrentamientos entre japoneses, americanos y filipinos, las historias de soldados fantasmas abundaban, sobre sombras que se ven a lo lejos, de voces que parecen provenir de la nada, en particular habia una torre de vigilancia en la que los guardias oian a alguien hablarles desde las escaleras, pero al asomarse, no habia nadie, esta historia me la conto un guardia que habia estado estacionado ahi en su juventud.

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