Ese dia habia sido muy largo, y poco provechoso, los interventores de Hacienda habian tomado posesion del banco, desde el primer momento se portaron como nuevos dueños, despotas e ignorantes, muchos apellidos famosos, en la politica, pero con nombres diferentes... hermanos, sobrinos, hijos, un generoso acto de nepotismo. Ese dia todos tuvimos que trabajar mucho y muy tarde, los burocratas querian un inventario de todo, para ver que se podian robar.
Ya habia caido la noche desde hacia un buen rato, estaba parada frente a un archivero, en la decima busqueda de un papel del que estaba segura que no encontraria, cuando vi a una niña, como de diez años, caminando por el pasillo, traia un bonito vestido verde, algo pasado de moda, paso rapidamente, de seguro alguien trajo a su niña al trabajo, a alguien regañaran, pense, y volvi a mi trabajo.
Al dia siguiente se repitio la historia, los interventores nuevamente demostraron su ignorancia, pero los que pagamos los platos rotos, fuimos los trabajadores que tuvimos que quedarnos hasta tarde nuevamente, no me levante de mi escritorio hasta mas alla de las diez, cuando ya ibamos en el metro, una de mis compañeras estaba platicando que en el pasillo se habia encontrado con una de las hijas de los interventores, igual de grosera que sus padres, la saludo y no contesto, se siguio como si no la hubiera visto, era una niña de vestido verde, ah, dije, yo la vi ayer. Segun los dias iban pasando mas gente la veia caminando por el mismo pasillo, o corriendo en el vestibulo, con el mismo vestido, y siempre en la noche. Cuando alguien intentaba hablarle, o no contestaba o desaparecia...
En el edificio de Banco Union ubicado en la avenida Buenavista de la Ciudad de Mexico se contaba esta historia, de una niña que murio, al caer del barandal y que muchos años despues seguia apareciendose,
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