Mi
nuevo paciente estaba muy mal, su estado era critico, habia tenido que
ir a cuidarlo a su casa, ubicada muy al sur de la ciudad de Mexico, ya
era de noche cuando llegamos a su casa, la recamara estaba en el primer
piso, al final de un pasillo largo y ensombrecido.
En
el centro del pasillo se elevaba un pequeño crucifijo de piedra, muy
parecido a los que se encuentran en los cementerios, como remate de una
tumba, cuando pasamos junto a el, senti una gran opresion en mi alma, no
hice caso, mi paciente requeria toda mi atencion.
Despues
de dejarlo ya tranquilo en su cama, el resto de la familia se retiro a
descansar, solo su esposa se quedo junto a el en la cama, acerce una
silla a la cabecera y me quede en silencio vigilandolo; la casa estaba
en silencio.
Pero
en cuanto llego la medianoche, empezo a oirse un fuerte ruido en el
pasillo, como de viento huracanado, las ventanas y puertas se azotaban,
me levante y fui a asegurarlas, cuando abri la puerta de la recamara,
senti el viento, pero no era un viento normal, era un viento
inusualmente frio, pero no provenia del exterior, las ventanas estaban
cerradas, todo parecia provenir de la cruz, las cortinas se movian como
si fuese un norte, pero el viento se sentia ligero en la cara, era
inaudita la diferencia entre el sonido y la fuerza.
Regrese
a mi asiento, se seguia oyendo el sonido misterioso, era un ruido,
opresivo, fuerte, inexplicable, paso un buen rato, y al final ceso, y
entonces se encendio una pequeña luz, como la que produce una lamparita,
justo en la cabecera de mi enfermito, busque por todas partes, pero no
se veia de donde salia la luz, todo estaba apagado y las cortinas
estaban cerradas, la lucecita se movia, lentamente parecia recorrer toda
la cabecera, hasta que desaparecio.
En
la mañana siguiente llegaron las sirvientas, dormian en una casita en
el jardin, cuando les platique lo que habia visto, me dijeron que esa
era la razon por la cual nunca entraban en la casa, y que todo pasaba
alrededor del crucifijo, pero parecia que los señores jamas se daban
cuenta de nada, fui por casi una semana, pero al final decidi dejar ese
trabajo, esa cruz era insoportable.
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