Ya me habian advertido de no pasar por aqui, y menos de noche, pero como todo buen habitante de ciudad, no le hago caso a la gente, aun a la que tiene buenas intenciones.
Esa noche regresaba de haber ido a visitar a un familiar en un remoto pueblo de Hidalgo, la platica se habia extendido por mucha parte del dia y la penumbra me habia sorprendido aun en su casa, me invito cortesmente a quedarme, pero me rehuse, queria regresar ese mismo dia, antes de irme me dijo que era mejor que me quedara, el camino de terraceria era peligroso, y ademas asustaban. ¡ Ten cuidado con el Charro Negro !, fue lo ultimo que oi.
Me disculpe como pude y me subi a mi carro, no iba a escuchar necedades, no habia avanzado ni una hora por ese terrible y sucio camino, cuando vi parado, en la cima de una colina a un hombre a caballo, apenas los faros lo alcanzaron y vi con horror a un enorme caballo negro, y sobre el , un hombre vestido de charro, todo de negro, incluso el sombrero, pero no pude verle la cara, en ese momento senti como la piel se me hacia chinita y mi cuerpo se llenaba de terror, frene, me di la vuelta y me fui tan rapido como pude del lugar.
No importtaba nada, ni los hoyos, ni la suspension, ni el polvo, aprete el acelerador, pero aun asi, sentia su prescencia detras de mi, como si fuera siguiendome, tarde una eternidad, pero al ver las luces de la casa de mi familiar, todo parecio calmarse, hasta entonces heche un vistazo hacia atras y alcance a ver como se alejaba a trote el charro.
Cuando llegue a la casa, mi primo, orgulloso, solo menciono: Te lo dije.
Una de mis historias favoritas de provincia, es la del Charro Negro, un ser mitologico, que se presenta en todos los lugares de provincia que he visitado, es de creencia comun que es el Diablo, que asusta a los viajeros distraidos o lo suficientemente inocentes, como para viajar de noche. He oido diferentes versiones de esta historia, de mis familiares, amigos, condiscipulos e incluso de algunos viejos oficiales de caballeria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario