miércoles, 23 de junio de 2010

Los Fantasmas del Quemadero de la Inquisicion


De la misma epoca en que hacia mis viajes epicos diariamente, es esta historia, me fue platicada por un vendedor de tacos que tenia su negocio en la concurrida esquina de Reforma y Avenida Balderas.

El Quemadero de la Inquisicion se encontraba a un lado de la Alameda del Distrito Federal, donde ahora se encuentra el Teatro Arte Alameda; durante el Virreynato, se efectuaban las quemas en el entonces convento de San Diego, que a su vez pertenecia al enorme complejo religioso de San Hipolito, que ahora esta disperso desde el Metro Hidalgo de la linea 3. hasta el de Bellas Artes de la linea 2. En aquel entonces, los prisioneros eran llevados frente a San Diego por medio de una procesion, vistiendo el San Benito, llegando a la iglesia se les colocaba en piquetes frente al convento y se les prendia fuego, regularmente ante la prescencia de una gran multitud. Los pobres condenados morian en medio de un gran sufrimiento, sus restos eran recogidos, y enterrados, pero no en terreno consagrado.

Pues bien, eso es lo que dicen los libros de historia, ahora la narracion actual, en ese tiempo me bajaba del Metro en la estacion Hidalgo y caminaba a la terminal de los peseros de la Ruta 2 que prestaban servicio toda la noche sobre Reforma. Habia una rutina peculiar en la zona, despues de las 11:30PM, habia puestos de revistas atrasadas y otras cosas dentro del metro, un puesto de tortas, que hacia las mejores tortas de la zona, vendia sus ultimas preparaciones a los viajeros finales del metro, y si uno pedia los chiles para llevar, te daban todos los del recipiente. Pero si llegabas mas alla de la medianoche, solo encontrabas cortinas metalicas cerradas, por lo que era necesario comer algo en la superficie, habia un par de puestos de tacos, ubicados a un lado de lo que hoy es el Centro Cultural Marti, la comida no era muy buena, pero cuando se tiene hambre...

Como cliente regular, (si los tacos del lugar eran asquerosos, pero habiendo comido a las 16:00 hrs, ya para la medianoche se tiene un hambre atroz), el dueño se quedaba platicando conmigo, en lo que llegaba el pesero de las 0:30 o de la 1:00, regularmente eran temas comunes, el clima, la politica, el peligro de los vagos de la zona, pero una noche lluviosa, que llegue mucho mas tarde de lo habitual, casi a la una, la zona estaba casi vacia, la poblacion regular, viajeros, comerciantes, policias y vagos, era casi ausente, solo el puesto de tacos, un par de personas paradas en la esquina esperando el pesero y un hambriento novio que hubiese estado mejor en su casa, eramos todos los seres vivos en la zona.

Cuando empece a platicar con el taquero, el me dijo que si no habia mas gente, yo seria su ultimo cliente y se iria, no le gustaban esas noches solitarias, porque sucedian cosas extrañas, en el silencio de la noche, cuando la madrugada era mas obscura, se escuchaba el ruido de ruedas de madera rodando frente a la Alameda, recorriendo la avenida desde la Iglesia de la Santa Veracruz al convento de San Diego, lo que sonaba como carretas que se detenian de golpe, seguidas de sonidos como de bultos cayendo al piso, poco despues se escuchaban gritos aterradores, pero muy debiles, muy apagados, que se apagaban en el crepitar lejano de llamas invisibles, si habia algun valiente que se asomara por la Alameda, no se veia nada, y los ruidos desaparecian, pero un frio de miedo recorria todo su cuerpo, erizandosele la piel.

Ademas estaba el fantasma polvoriento, era un muchacho que se veia caminando desesperado, frente al sitio donde habia estado el viejo Hotel Regis, derrumbado en el temblor del 85, parecia como si buscara algo, los que lo habian visto decian que parecia estar completamente cubierto de polvo, con una gran rajada en la cabeza, y que desaparecia en cuanto alguien posaba su vista en el, y como esa zona era el sanitario publico de todos los que pasaban por ahi, no pocos lo habian visto, incluyendo mi amigo el taquero.

En mi muy particular punto de vista, yo jamas vi, ni oi nada, y hubo noches en que tuve que esperar hasta las 2 de la mañana para poder irme a mi casa, lo peor que vi, fue un enfrentamiento entre Policias y Vagos (ahora llamados niños de la calle), con disparos de escopeta y toda la cosa, ese punto era mas peligroso por los vivos que por los muertos. En fin, si fui su ultimo cliente y me pidio que lo esperara en lo que cerraba, todos nos fuimos en el primer pesero que paso, y dejamos esa importante esquina de la ciudad a sus propietarios fantasmales.

Esta historia la he escuchado con diversas variaciones, narrada por gente que vive en el Centro o por conductores de peseros, una variacion es que todo sucede igual, pero en la Plaza de Santo Domingo, en el viejo edificio de la Inquisicion, actual Museo de Medicina

Autor:  Sergio Antonio Tellez Morales

1 comentario:

  1. Muy Buen Blog Buenas historias de fantasmas yo siempre he Querido ver los fantasmas del Quemadero de la Inquisicion incluso fui en la mañana frente a lo que queda la una iglesia pintada de amarillo en la calle de doctor mora con baras de radiestecia y me marcaba mucha energia negativa

    ResponderEliminar