martes, 22 de junio de 2010

Un alma en pena

El paciente estaba muy deprimido, tenia un cancer pulmonar terminal, y habia mostrado signos de desear suicidarse, por eso el personal de enfermeras lo mantenia estrechamente vigilado, cada vez que pasaba una por su cuarto, se asomaba a verlo y revisar que todo estuviese bien, pero el tambien se habia percatado del movimiento interno del hospital.

Era ya un señor mayor, posiblemente un ferrocarrilero, ya que cuando llego vestia un overall de mezclilla, una chaqueta de maquinista y un sombrero de maquinista de felpa, sus dolores eran agudos, pero no habia nada por hacer, ya habia llegado muy mal, solo cabia esperar que se agravara, pero aun asi insistia en fumar, siempre habia que estarle quitando el cigarro.

Un dia las muchachas del turno de la noche subieron a darles sus mamilas a los bebes del segundo piso, pero antes pasaron a ver al paciente, bajaron un par de veces por medicinas y cambios y volvieron a subir, cuando pasaron de nuevo por su habitacion, lo encontraron muerto, se habia ahorcado el mismo con su cinturon, lo habia amarrado a los barrotes de la cabecera de su cama, y corrido la hebilla alrededor de su cuello, estrangulandose con su propio peso. Habia aprendido muy bien que el mayor tiempo que se quedaba solo era cuando el personal cuidaba a los bebes y aprovecho su oportunidad. Su familia recogio el cadaver y lo cremo.

Pero no acabo ahi todo, como una maldicion, el señor no se fue, pemanecio vagando en el hospital por mucho tiempo, pocos dias despues de su muerte, una mujer que acababa de parir llamo por interfon a la estacion de enfermeras, lo que dijo fue escalofriante:

-Señorita, podria venir rapido a mi cuarto, hay un señor aqui que me esta viendo fijamente.

Cuando el personal llego, no habia nadie, pero tal como lo describia la mujer, era sin duda el señor, con su ropa de mezclilla y su sombrero, a partir de ese dia los avistamientos se multiplicaron, tenia predileccion por los cuartos donde estaban las recien paridas, que se quejaban de que un señor siempre se paraba frente a su cama, y las veia fijamente a ellas y a sus bebes, con una mirada inexpresiva, cuando el personal llegaba, no veia a nadie, solo era visible para las pacientes, sin embargo para no asustarlas, hacian de cuenta de que si lo veian y siempre le decian:

-Señor vayase a su cuarto, la paciente desea dormir, y lo invitaban cortesmente a irse, mientras que a las personas les decian que era otro paciente que le gustaba deambular, aunque estuviesen temblando de pies a cabeza.

La mayoria de sus visitas solo eran prescenciales, y siempre era descrito de la misma forma, en particular su sombrero, en cuanto llegaba el personal, los pacientes decian que salia por la puerta, hubo sin embargo una ocasion en que todo ocurrio de forma diferente, una paciente, lo vio desparecer a traves de la puerta, empezo a gritar, no hubo poder humano de que la convenciera de que se quedara hasta el dia siguiente en su habitacion.

Las cosas continuaron por un tiempo, hasta que se pidio perdon por su alma en una misa, poco a poco fue despareciendo.

Las historias de que las almas de los suicidas no pueden encontrar descanso son muy comunes en varias culturas, es posiblemente una forma de desaprobacion social, o quiza, realmente el suicido no detiene las penas, sino te hace sufrir mas, al convertirte en un alma en pena. Esta historia me la conto mi madre, es de cuando trabajaba en un Hospital del que omito el nombre porque sigue en servicio.

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